Tecnología

Personas amputadas ayudan a otros a fabricar sus propias prótesis

Gracias a la impresión 3D, ahora los amputados pueden personalizar sus propias prótesis por una fracción del precio habitual.
LC
traducido por Laura Castro
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Millones de personas en todo el mundo usan prótesis, ya sea porque han perdido extremidades debido a accidentes o a enfermedades como la diabetes, o porque nacieron sin ellas. Las llamadas prótesis estéticas imitan la apariencia de brazos, manos y piernas, pero no son muy prácticas. Otras opciones de prótesis no se ven realistas pero son más funcionales.

De cualquier manera, las prótesis son caras. Una prótesis estética puede costar unos 5000 dólares y los modelos de alta tecnología pueden costar 121 000 dólares. Si bien cada caso es único, hay países como Francia y el Reino Unido donde el sistema de salud ayuda a los amputados a cubrir los costos; pero también hay muchos otros países donde por diversos factores los costos suelen recaer en los usuarios. "Tenemos mucha suerte aquí, en comparación con el resto del mundo", dijo Jean-Pascal Hons-Olivier de la asociación de amputados ADEPA en Francia.

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Desafortunadamente, tanto los modelos caros como los más asequibles pueden ser incómodos y requerir de años para que se adapten bien al usuario, o de meses para su reparación si se rompen. Los modelos poco tecnológicos pueden irritar la piel, debido a que los usan todo el día y, para algunas personas, incluso se vuelven un obstáculo al momento de realizar tareas diarias como atarse los cordones de los zapatos o cocinar. Es por eso que Hons-Olivier dijo que la mayoría de las personas a las que les falta un miembro superior prefieren no usar prótesis. "Se sienten más cómodos con su muñón", dijo. "Con un muñón aún es posible sujetar la cebolla", dijo en broma.

Muchos amputados como Hons-Olivier realizan pequeñas modificaciones en su prótesis para mejorar su comodidad. "Desafortunadamente, algunas personas les hacen muchos cambios, o más bien demasiados, y no mantienen al tanto de ello al fabricante de su prótesis", dijo.

Las nuevas tecnologías como la impresión 3D han hecho una gran diferencia para los entusiastas del DIY protésico. Después de aprender acerca de la impresión 3D en el trabajo en 2014, el consultor de Tecnologías de la información Thierry Quidam se topó con e-NABLE, una comunidad de código abierto con sede en Estados Unidos que crea y comparte diseños de prótesis imprimibles en 3D. Unos meses después, compró su propia impresora y fundó la sede francesa de e-NABLE.

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Hoy en día, e-NABLE France conecta a las personas que necesitan prótesis, en su mayoría niños, con personas que pueden fabricarlas. Su brazo "Unlimbited" utiliza bandas elásticas dentales o de alambre para replicar los tendones, lo cual ayudan a que los usuarios puedan atrapar una pelota o andar en bicicleta. “Cada prótesis está hecha a medida y adaptada al cuerpo del usuario”, dijo Quidam. Gracias a la impresión 3D, también es posible personalizar por completo las prótesis con estampados, colores y temas elegidos por el cliente.

Esto puede parecer algo superficial, pero Quidam dice que la funcionalidad de las prótesis es en realidad menos importante que su valor social, especialmente para los niños. "Cuando los niños con amputaciones comienzan la escuela, dejan el seno familiar para estar entre un montón de niños", dijo. "Su nueva mano puede cambiar su estado de 'niño discapacitado' a 'niño único', alguien a quien los otros niños incluso envidiarían un poco".

E-NABLE no es la única organización que trabaja en la fabricación de brazos y manos protésicos DIY. Nicolás Huchet, de 35 años, quien perdió su mano derecha en un accidente de trabajo, decidió fabricar su propia prótesis después de comprarle una mano mioeléctrica de alta tecnología (un tipo de prótesis que se activa por medio de contracciones musculares) a una de las principales empresas de prótesis. Aunque era el modelo más caro, no estaba satisfecho con su funcionalidad. "Usar una prótesis puede ser una mierda", dijo. "Es difícil hacer que se sienta cómoda para mantenerla puesta". El sudor y la humedad pueden interferir con los sensores e incluso romperlos, además de que las aplicaciones que se utilizan para hacer que la mano funcione eran "un dolor de cabeza", según Huchet. Por eso, en 2013, lanzó Bionicohand para desarrollar su propia prótesis mioeléctrica.

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Huchet también utilizó la combinación de la impresión 3D y una biblioteca de diseño de código abierto llamada Thingiverse para desarrollar su modelo. Inspirándose en un robot imprimible en 3D del artista Gaël Langevin, construyeron una mano mioeléctrica adaptada al muñón de Huchet y lograron operar cada dedo desde una computadora. Su prototipo, que cuesta unos 500 dólares, atrajo mucha atención de los medios y una donación de casi 250 000 dólares por parte de Google.

En el proceso, Huchet descubrió que su prótesis artesanal era más que solo una alternativa a una extremidad hecha profesionalmente. Al principio, se sintió decepcionado por el aspecto del prototipo, pero luego lo aceptó. "La mano impresa en 3D no ocultó mi discapacidad, la resaltó", dijo.

A pesar de sus defectos, los productos profesionales siguen siendo superiores. Pero las prótesis caseras están revolucionando la industria. Actualmente, los amputados deben pasar por un proceso bastante intensivo para obtener una prótesis y, a menudo, sienten que las grandes empresas se preocupan más por sacar provecho de los modelos costosos de alta tecnología que por escuchar sus necesidades reales. "La salud de las personas no debe considerarse en términos de rentabilidad", dijo Huchet. "De lo contrario, la insulina terminará cotizando en la bolsa de valores".

Huchet está desarrollando un nuevo sistema que permitirá a los consumidores eludir a las grandes empresas, a través de una red de pequeños talleres. La idea es que los usuarios de prótesis puedan ser participantes activos en el proceso de fabricación, en lugar de ser solo compradores. Este nuevo sistema también sería más rápido y particularmente útil para los niños, que crecen y necesitan constantemente nuevas prótesis. La nueva organización de Huchet, My Human Kit, encabeza este proyecto. "La idea es devolverle al cliente un poco de poder", dijo. "Las grandes empresas pueden tener un plan de negocios", dijo, "pero nosotros tenemos un plan social".