El techo de cristal en el ámbito creativo o la doble discriminación que sufren las mujeres creativas
Diana Aller lleva años escribiendo todo lo que se le pasa por la cabeza en el blog Lo dice Diana Aller. A finales de los 90 formó parte del grupo de música Meteosat y desde entonces ha trabajado como redactora, guionista de televisión o DJ: En el mundo creativo la mujer sigue relegada a categoría de musa. Pero lo que nosotras queremos es que nos paguen de forma justa por nuestro trabajo, y que este se visibilice de manera normalizada y no como una rareza, como algo exótico. No hay una literatura de mujeres, ni una mirada femenina en fotografía ni una nueva ola de chicas ilustradoras. Hay profesionales que —¡oh, sorpresa!— tienen coño. Y que engrosan la cultura universal, que desgraciadamente se sigue considerando masculina.Lucía Baskaran es escritora, redactora y columnista. En la actualidad trabaja en la editorial Malpaso. En 2015 escribió su primera novela, Partir : El dato de que los libros escritos por mujeres los leen un 80 % de mujeres y los escritos por hombres un 50 % de mujeres me parece bastante ilustrativo. En mi caso, mi trabajo se ha calificado de "literatura femenina", que es otra manera de decir "literatura menor". A nadie se le ocurre hablar de "literatura masculina" cuando es un hombre el que escribe.Jara Pérez trabaja como psicóloga y es responsable de Therapy Web. Antes diseñó camisetas, fue redactora y ejerció como DJ: El hecho de ser creativa dentro de la profesión de psicoterapeuta y de hacer las cosas de una forma diferente me lleva a vivir continuamente situaciones en las que se ponen en duda mis capacidades profesionales, y de alguna forma creo que esto está relacionado con ser mujer. Tengo compañeros de profesión que también hacen las cosas como les da la gana y no sufren ese continuo enjuiciamiento."En el mundo creativo la mujer sigue relegada a categoría de musa" — Diana Aller
Isabel Fernández es música y su proyecto se llama Aries. Años antes formó parte de bandas como Electrobikinis y Charades: Como en el resto de las esferas de nuestra realidad, en mi ámbito hay machismo y las mujeres trabajamos con desventaja. Pero siempre he pensado que mi techo de cristal soy yo misma: mi propia propuesta musical y la manera en la que me muestro o veo el mundo. Creo que si no llego a más gente es porque lo que hago no conecta con ellos o sencillamente no les gusta.Sophia Pega es artista e ilustradora . En la actualidad trabaja como diseñadora de estampados: Yo creo que depende del ámbito. En la moda, gran parte de las trabajadoras son mujeres. Y en muchas empresas importantes las mujeres creativas tienen poder. El problema del techo de cristal surge cuando se sube en la jerarquía; allí normalmente todos los directivos son hombres.Inés de León es guionista, actriz y cineasta. Ha trabajado para Vogue y también ha realizado campañas publicitarias: En el cine se tiende a pensar que una película dirigida por una mujer es "para mujeres" y por tanto minoritaria. Hay un prejuicio sobre la creación femenina, mientras que la masculina se presupone que es universal.Roberta Vázquez es ilustradora y ha colaborado en publicaciones como Broadly, Vice o Mongolia. Es fanzinera y en 2015 publicó su primer largo, Havarty Party : De pronto pasan cosas horribles y me doy cuenta de que he estado absolutamente ciega y de que aún queda mucho por hacer. La discriminación existe y me parece una locura no haberla percibido tan fuertemente hasta hace poco. De todas maneras creo que en el cómic, tanto hombres como mujeres, estamos igual de jodidos."Siempre he pensado que mi techo de cristal soy yo misma" — Isabel Fernández/Aries
El acoso machista a través de internet
Isabel Fernández: Me he enfrentado a algunas críticas sobre mi físico. La verdad es que me duele leerlas. No quiero imaginar el daño que tiene que causar recibir avalanchas de comentarios crueles como reciben algunas chicas en este país.Jara Pérez: Me han llamado de todo. Han hecho referencia a mi físico, a mi formación, a mi profesionalidad, e incluso me han amenazado con denunciarme, no sé por qué ni a quién."Tuve un par de haters por Instagram pero les puse las pilas y me acabaron pidiendo disculpas" — Roberta Vázquez
La invisibilización de las propuestas femeninas
"Ninguna de las 12 películas subvencionadas por TVE en 2017 tiene como directora a una mujer" — Inés de León
La precariedad en el ámbito creativo
María Bastarós: A las mujeres se nos educa para infravalorarnos y para callar ante atropellos dentro del ámbito social y laboral. Yo no tengo ningún problema en acudir a un sitio donde no me pueden pagar ni en escribir para publicaciones autogestionadas feministas a cambio de nada, porque hay una conexión ideológica que motiva estas colaboraciones. Pero que te llamen de una universidad para dar una charla y no te ofrezcan ni un mísero euro, es lamentable. Que te escriban cinco e-mails desde una institución para insistirte en participar en una mesa redonda en la que no vas a cobrar, es lamentable. No aceptar trabajar gratis es la premisa más importante que debemos marcarnos las freelance, autónomas, artistas y otras mujeres precarias si queremos salir de este panorama tan desolador. Así vamos hacia un mundo de adolescentes de 30 años, becarios gratuitos hacinados en un apartamento mohoso y medios de comunicación absolutamente solventes que se nutren de sangre joven sin ofrecer nada a cambio.Isabel Fernández: Tengo muchos amigos que hacen tebeos, pelis, escriben, o son ilustradores y padecen esta realidad. Aunque para las mujeres es aún peor porque solemos cobrar menos. Yo en el pasado acepté muchas veces ese tipo de condiciones, pero ahora he aprendido a decir no. También he estado en el otro lado: cuando vivía en Madrid trabajaba en una empresa cultural y en muchas ocasiones tuve que ofrecer esas condiciones: "Una plataforma para darte visibilidad" y toda esa retórica. Un mundo de humo maloliente al que no pienso volver."Nos han vendido que ser freelance es la panacea de la libertad" — Jara Pérez
Jara Pérez: Creo que el trabajo de freelance te coloca en una posición de vulnerabilidad total porque vives siempre con incertidumbre. Por lo tanto, muchos meses dependo de que mi pareja pague las facturas y luego yo se las pague a él. Aceptamos estos trabajos porque nos han vendido que ser freelance es la panacea de la libertad. Pero poco a poco nos vamos dando cuenta de la trampa que supone.Diana Aller: No me interesa el caché ni la fama, pero acepto gustosa trabajos poco remunerados —o incluso gratis— cuando son proyectos que me gustan y me enriquecen, o es activismo. Es más, espero poder permitirme toda la vida escribir por gusto, por conciencia, por ayudar, y no por el vil metal. A veces no estoy en disposición de hacerlo pero aun así, rechazo trabajos que no me interesan aunque estén bien pagados. Divido mi vida laboral en trabajos a cambio de dinero, generalmente en televisión, y trabajos por gusto. Escribo por gusto y siento tal placer por ello, que hasta pagaría por hacerlo.Roberta Vázquez: Para ser freelance hay que echarle valor, seas hombre o mujer. Todos estamos igual de desprotegidos y jodidos a la hora de cobrar trabajos que hemos hecho. Si eres ilustradora, te conviertes automáticamente en La cobradora del Frac. He hecho el pardillo mucho tiempo; en una ocasión hasta le di las gracias a un pringado por trabajar gratis para él, pero ya no. Mi presupuesto es el que es: lo tomas o lo dejas. A fin de cuentas, haber dedicado más tiempo a mis propios fanzines que al banner del blog personal de un cualquiera que pretende pagarte 20 euros por ello va a traerme muchas alegrías comparadas con haber perdido dos días de mi vida por una miseria."He hecho el pardillo mucho tiempo; en una ocasión hasta le di las gracias a un pringado por trabajar gratis para él, pero ya no" — Roberta Vázquez
El apoyo familiar en el ámbito creativo
Jara Pérez: Cuando decidí montar mi empresa mi familia me apoyo al 100 %. En alguna ocasión me aconsejaron que bajara el tono de mis publicaciones y que me amoldara más a lo que se supone que tiene que hacer una psicóloga tradicional, pero nunca les hice caso.Isabel Fernández: Mi hermana es batería y tanto a ella como a mí nos han apoyado siempre al 100 %. Las dos hicimos una carrera que no tiene que ver con la música, un máster y todo eso. A mis padres eso les tranquiliza un poco. Pero siempre nos han proporcionado todas las herramientas para ser quienes queramos ser. Mis padres recogían a mi hermana con 16 años cuando acababa de tocar en gaztetxes llenos de speed y borrachines, con un 90 % de público masculino y se preocupaban, claro, pero ahí estaban ayudándola. Cuando estamos de gira se inquietan mucho porque nos ven vulnerables. Pero siempre han antepuesto vernos felices a sus propios temores."Yo he hecho siempre lo que me ha dado la gana" — Lucía Baskaran
Las consecuencias de ser una mujer creativa
Krizia Robustella: Es normal que dediquemos y antepongamos nuestro trabajo a muchas otras cosas y en ese sentido puede ser que alguna pareja masculina en algún caso no le haya gustado. Pero en general creo que han sentido más admiración y respeto.Inés de León: Tristemente, mi trabajo ha afectado a alguna de mis relaciones.Alba Yruela: Creo que mi trabajo y mi manera de vivir van unidos y acorde el uno con el otro."Prefiero relacionarme con gente que no me haga sentir que soy una majadera por ser una apasionada de mi trabajo" — Roberta Vázquez
El síndrome de la impostora
Isabel Fernández: Cuando empecé a tocar siendo una adolescente, creo que sí que había bastante gente que nos desacreditaba y no daba un duro porque perseverásemos haciendo música. Es diferente que cuando aparece una banda de chicos jóvenes; con ellos la gente se emociona y dice cosas como: "Ohh, sangre nueva, ¡qué bien! ¡Ánimo chavales!". Pero con las chicas surgen todo tipo de comentarios suspicaces: "Son unas pijas, sólo saben 5 acordes, están ahí por sus novios o su padre…". Pero el tiempo pone a la gente en su sitio. En la actualidad, hay un crítico vasco que nunca nombra a mi hermana; en cada crónica cita los nombres y apellidos de todos los miembros de su grupo y a ella se refiere como "una chica tras la batería".Inés de León: Es muy común que en las profesiones consideradas para hombres, las mujeres tengamos que demostrar más nuestra valía mientras que a los hombres de primeras ya se les presupone aptos.Lucía Baskaran: Por lo visto, a las mujeres solo nos pueden gustar las cosas con el fin de impresionar a los tíos. Es lo que tiene el heteropatriarcado, que los tíos cis crecen creyendo que el mundo gira a su alrededor.Roberta Vázquez: Ser dibujante de cómics es otra de las miles de actividades asociadas al ámbito masculino. Y algún que otro comentario desafortunado sí que he escuchado. Normalmente por parte de gente que no tiene ni idea de todo el trabajo que hago por mi cuenta; en cuanto investigan un poco, se retractan. Me da mucho asco cuando alguien resume mi obra con la palabra "dibujitos", pero la verdad es que no es tan habitual que alguien sea tan idiota."Siento que no estoy lo suficientemente preparada cuando me siento al lado de un señor mayor" – Jara Pérez
Poder masculino y representatividad
Luna Miguel: Los puestos de poder los ejercen el 80 % de hombres y el 20 % de mujeres. Y constantemente se cuestionan más mis decisiones que las de mis compañeros. Por ejemplo, si escribo un artículo en el que uso la primera persona es porque soy egocéntrica; si lo escribe así un compañero es una cuestión de estilo. El canon literario es masculino, sin duda. Muchas veces se me ha dicho que mi público potencial sólo pueden ser mujeres.Inés de León: La predominancia en los puestos de poder es masculina. En cine, el 26% son mujeres frente al 74% de hombres. Normalmente asumen que tú no vas a ser la persona con el puesto de más responsabilidad. Cuando trabajaba de directora de fotografía, la gente se sorprendía al verme aparecer. La sociedad tienen una idea preconcebida e inconsciente de qué tipo de persona ejerce los puestos de responsabilidad (sexo, edad, raza). Es algo que nos pasa a todos en una medida u otra y hay que hacer un esfuerzo por erradicarlo.Jara Pérez: El 80 % de las personas que me han formado han sido hombres.Isabel Fernández: Ahora mismo, en mi día a día, me siento como una más: los técnicos con los que grabo, las empresas que me encargan música, los otros grupos de mi alrededor, mi sello… La relación es perfecta. Donde suelo percibir el machismo es con los técnicos de sonido cuando salgo a tocar y también con algunos periodistas. Yo sólo deseo que me traten como a una más, sin condescendencia y sin suspicacias. Me esfuerzo porque mi trabajo sea el que hable; hacer discos lo mejor que sé, es lo más valioso que puedo ofrecer. Me da pena que se sigan haciendo listas de chicas como si ser mujer fuese un género musical. Y me da rabia que me hagan entrevistas preguntando por el machismo pero no sobre el EP de remezclas que acabo de editar. Creo que hablar de mi trabajo es mucho más fructífero y normalizador.Diana Aller: El ámbito doméstico sigue teniendo olor a hembra. En todas partes he encontrado buenísimas amigas, cómplices, espejos, confidentes… Casualmente suelen ser además profesionales de primera. Por eso hay que asociarse, juntarse, hablar, luchar, moverse, compartir. Y lo estamos haciendo. Y además lo estamos haciendo estupendamente. ¡Es un clamor!"Ellos son la cultura; nosotras, una pincelada original, una cuota exótica" — Diana Aller