Una influencer hizo el peor tatuaje del año y hay gente haciéndoselo por solidaridad

Artículo publicado por VICE Colombia.

Oh, benditos influencers, que con ser bonitos o hacer algunos cuantos chistes pendejos, se ganan la adulación del mundo digital y tancadas de plata por hacer un simple post.

Puede que para muchos de ustedes, queridos lectores, los influencers sean unos idiotas con Instagram o, a lo mejor, están enamorados de uno ahora mismo. Lo cierto es que más allá de lo que nos produzca esta nueva estirpe de la especie humana, casi que a diario nos encontramos con aquel grupo selecto de nativos digitales con cientos, miles o millones de seguidores en nuestras redes sociales. Pueden estar en medio de ese viaje por el mundo que jamás podríamos hacer, en reuniones sociales con la celebridad que nunca podremos conocer, diciéndonos que deberíamos hacer con nuestras miserables vidas o, en muchas ocasiones, envueltos en la polémica de turno y siendo tendencia porque bueno, hay que decirlo, son famosos a su manera.

Justamente bajo el último escenario conocimos a Kath Ávila el pasado fin de semana, una influencer-modelo-embajadora de marca y ahora ¿tatuadora? radicada en Bogotá que estuvo en boca de todo Twitter por esta joyita:

Como denunció la usuaria @cabril_, lo que inicialmente iba a ser un “flash tattoo” de una rosa y un cuchillo por módicas 60 lucas, terminó siendo lo que creemos es una especie de boomerang con un maíz pira ensartado en un alambre de púas. Y bueno, son errores que le podrían pasar a un principiante, pero según lo que ha dicho la afectada —y bien afectada—, Ávila nunca le informó que era una aprendiz y, supuestamente, con el daño ya hecho, le propuso ahí mismo arreglárselo y ella no aceptó por miedo a que quedara peor.

Luego vendría el DRAMA.

Etapa 1: Boleteada en redes

Etapa 2: Negación

Etapa 3: Mandar a arreglar con el novio

Etapa 4: Live tratando de limpiar su imagen

¿Acaso no es por esto que las redes sociales son tan divertidas? Por lo menos gracias a esto no hubo domingo aburrido y gris para muchos solitarios en internet. La verdad es que entre la indignación en redes de algunos y los buenos memes que comenzaron a salir, estábamos pasando un buen momento. Eso hasta que sucedió lo inédito:

No los están engañando sus ojos. En un supuesto intento por ser solidarios, hay personas tatuándose el mamarracho de su adorada influencer y, bueno, nosotros ya no sabemos qué pensar. Por ahora, ojalá que a la muchacha que denunció le respondan y que la humanidad se extinga bien rápido.