Por qué a veces sufres horribles terrores nocturnos cuando tomas mucho MDMA
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Por qué a veces sufres horribles terrores nocturnos cuando tomas mucho MDMA

Los terrores nocturnos y la parálisis del sueño pueden ser un terrorífico efecto secundario de las fiestas continuadas con MDMA. Broadly descubre por qué tu cerebro te castiga a veces cuando te pasas con la diversión narcótica.

Cuando no estaba siendo un auténtico capullo con sus contemporáneos, Newton ocasionalmente decía cosas bastante brillantes. Como por ejemplo, "para cada adicción existe una reacción opuesta equivalente". Aunque Newton no hablaba del consumo de drogas —no exactamente—, su afirmación resulta muy pertinente. La experiencia de consumir una dosis particularmente fuerte de MDMA (ya sea en forma de cristales sólidos o en forma de pastillas de éxtasis) puede ser muy intensa. Imagina la parte frontal de tu cerebro dando volteretas en un jacuzzi helado, o al Halcón Milenario entrando en hipervelocidad.

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Pero todo lo que sube baja y los horripilantes bajones que se asocian al exceso de MDMA están muy bien documentados. Según un informe elaborado en 2001 y publicado en Human Psychopharmacology ("Psicofarmacología humana"), el 80 % de los consumidores de éxtasis informaron de la presencia de "depresión y aletargamiento de rebote" en los días posteriores a haber consumido la droga. Pero algunos consumidores empedernidos de MDMA también informaron de otro efecto secundario, algo menos conocido: parálisis del sueño y terrores nocturnos. Si entras en internet encontrarás numerosas publicaciones en foros de consumidores de MDMA explicando ansiosamente sus experiencias de terrores nocturnos y parálisis del sueño.

Un usuario describe la diferencia entre las pesadillas normales y los terrores nocturnos y la parálisis del sueño que siguen a una juerga con MDMA: "Los sueños normales son como jugar con la Xbox o la PlayStation… Pero los terrores nocturnos y la parálisis del sueño fueron como ponerse uno de esos cascos de realidad virtual y verlo todo ahí mismo, en primera persona, como si realmente estuvieras ahí".

Los terrores nocturnos, que no deben confundirse con las pesadillas, son sobre todo más comunes en los niños. Diversos profesionales de la salud del Reino Unido los definen como episodios de sueño de hasta quince minutos de duración en los que el individuo "puede gritar, chillar y agitarse presa de un pánico extremo. Incluso puede llegar a tirarse de la cama. Tiene los ojos abiertos, pero no está completamente despierto". Por otra parte, la parálisis del sueño se define como la incapacidad temporal de moverse o hablar cuando estás despertando o a punto de dormir. Puede durar desde unos pocos segundos hasta varios minutos.

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Si se combinan ambas experiencias —despertar de un terror nocturno para encontrarte temporalmente paralizado— el efecto general es casi tan placentero como una ITU recurrente o como la inserción chapucera de un catéter. Aunque la experiencia de cada individuo es única, algunos consumidores de esta droga experimentan ambos fenómenos consecutivamente o de forma aislada justo después de haber pasado un período tomando mucho MDMA.

A pesar de esto, existen muy pocos textos académicos como para sugerir un vínculo causal específico entre ambos fenómenos. Pedí al Profesor Ron Cowan, experto en neurofisiología y consumo de sustancias en la Universidad Vanderbilt, que revisara la evidencia en torno al uso de MDMA y su vinculación con los terrores nocturnos y la parálisis del sueño. Él me explicó que, aunque existe una "buena [cantidad de] literatura sobre los trastornos del sueño y el MDMA, especialmente vinculados a la apnea del sueño", no existen informes publicados que utilicen términos como "terrores del sueño", "terrores nocturnos", "parálisis del sueño" y "MDMA o éxtasis" en la literatura científica.

Chloe*, 25, tomó MDMA por primera vez en la universidad. "Consumía un montón de drogas, probablemente más de las que debería haber tomado teniendo 18 años", recuerda. Después de una noche de fiesta especialmente intensa, le costó mucho dormir. "Finalmente me dejé llevar y cuando me desperté literalmente no me podía mover. La habitación estaba muy oscura, pero yo podía ver a mi madre sentada en la silla de mi escritorio. Estaba sufriendo dolores terribles, pero yo no podía ayudarla. No podía moverme".

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A pesar de su fuerte consumo de drogas —se había tomado como un gramo de MDMA en una sola noche— inicialmente Chloe no hizo la conexión entre los efectos de la droga y su parálisis del sueño. "No me había pasado nunca y fue una puta mierda. En aquel momento yo no sabía lo que era la parálisis del sueño". Chloe describe cómo pasó horas y horas en internet intentando saber qué le había pasado sin obtener resultado. "Durante bastante tiempo después de aquello, pensé que era un bicho raro. Sinceramente creía que me estaba volviendo loca y me daba muchísimo miedo dormirme después de aquello".

El Profesor Glen Hanson, neurocientífico de la Universidad de Utah, está especializado en la investigación de los efectos neurotóxicos del MDMA en el cerebro. "[El MDMA] provoca una liberación exagerada y fisiológicamente inadecuada de neurotransmisores en el cerebro, lo que provoca una respuesta excesiva de los sistemas de serotonina y dopamina", explica. ¿Esa sensación de que todos los receptores de placer en el cerebro se disparan a la velocidad de la luz? Está provocada por una producción enorme de tres sustancias químicas diferentes en el cerebro: serotonina, dopamina y norepinefrina. Pero sobre todo serotonina.

Hanson afirma que el consumo continuado o excesivo de MDMA puede provocar daños en la producción de serotonina del cerebro. "Altera una enzima que sintetiza la serotonina en el cerebro —triptófano hidroxilasa—, de modo que su funcionamiento también se altera. Los niveles de serotonina desaparecen y otros neurotransmisores del cerebro toman el control. Con el tiempo, la química cerebral de una persona pasa de ser un sistema basado en la serotonina a ser un sistema más basado en la dopamina o la norepinefrina".

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Dado que la serotonina es crucial para regular el sueño, es posible que el consumo de MDMA pueda provocar terrores nocturnos y parálisis del sueño, aunque como no existen estudios específicos que examinen el vínculo causal, se trata más de una suposición que de un hecho científico. "Seguimos sin entender del todo el sueño REM, pero sabemos que es fundamental para el bienestar", indica Hanson. "La serotonina es indispensable para el sueño REM, de modo que cuando los receptores de serotonina se alteran el sueño también lo hace".

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Muchas de las personas con las que contacté para este artículo me hablaron de que había fuertes componentes visuales en sus sueños. ¿Hay algo inherente a las propiedades químicas del MDMA que pudiera contribuir a este tipo de terrores nocturnos alucinatorios? "Aunque el MDMA es una anfetamina", responde Hanson, "en dosis elevadas puede provocar episodios alucinógenos. Pueden vivirse experiencias sensoriales en una pesadilla que podrían parecer muy reales. Se necesitan dosis muy altas de éxtasis para llegar a ese punto, pero eso podría afectar al sueño".

Nicole*, 28, sabe de primera mano lo que se siente siendo la protagonista de tu propio Carrie nocturno. Como todas las demás personas que entrevisté, me dijo que su parálisis del sueño y sus terrores nocturnos eran peores después de tomar MDMA varias noches consecutivas. "El peor incidente que puedo recordar", me explica, "fue un fin de semana de invierno, hace tres años. No tenía pensado tomar drogas, pero acabé metiéndome MDMA toda la noche del viernes y la noche siguiente me tomé una pastilla en una fiesta".

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Al dormirse el domingo por la noche, Nicole notó que empezaba a ver borroso. "Había tenido terrores nocturnos cuando era pequeña [no relacionados con el consumo de drogas], pero siempre habían sido aurales, como una música muy alta de repente o explosiones. Aquella noche, sin embargo, vi cosas muy terroríficas, como un asesino con un cuchillo y alguien con una máscara de Scream que se cernía sobre mi cara".

Leila*, 27, también ha tenido su buena dosis de momentos como sacados de una película de terror. "La primera vez que tuve terrores nocturnos fue en 2012, unos años después de haber empezado a consumir MDMA. Tuve un sueño muy vívido y estresante que no puedo recordar con exactitud, pero que terminaba conmigo disparándome en la cara. Normalmente te despiertas antes de que pase algo así en un sueño, pero en esa ocasión no fue así". Está segura de que los terrores están provocados por el MDMA. "Solo los sufro si he tomado MDMA, nunca si he tomado cualquier otra droga".

Foto por BONNINSTUDIO vía Stocksy

Los sueños también tienen un fuerte componente físico. "Siento como si todo mi cuerpo se comprimiera conforme me duermo", añade, "como si alguien me estuviera empujando hacia abajo con todas sus fuerzas".

De todas las personas que compartieron sus experiencias de terrores nocturnos conmigo para este artículo, solo una era un hombre. Algunas investigaciones avalan la teoría de que las mujeres podrían ser más susceptibles a los efectos tóxicos del MDMA que los hombres. Un estudio llevado a cabo en 2013 descubrió que las usuarias de éxtasis femeninas tenían más probabilidades de perder calidad de sueño y de experimentar un exceso de somnolencia diurna. Mientras tanto, las mujeres tienen hasta tres veces más posibilidades de ser hospitalizadas por consumir MDMA en el Reino Unido que los hombres, según la Encuesta Global sobre Drogas de 2016.

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"Pongamos que tenemos dos personas: una es una mujer y la otra un hombre", explica Hanson. "Ambas consumen la misma cantidad. La mujer probablemente será más pequeña de tamaño y metabolizará más lentamente. Las drogas estarán más concentradas en su cuerpo y durante más tiempo. Cuanto mayor es la concentración, mayor es el efecto en el sistema biológico, lo que significa que el impacto fisiológico y conductual será mayor".

"Es simple química", concluye.

Resulta perturbador saber que es casi imposible deducir si los usuarios de MDMA a largo plazo acabarán por afectar de forma permanente sus ciclos de sueño. Aunque una de las personas que entrevisté para este artículo me dijo que había sufrido cambios significativos en su sueño, Hanson advierte que cada persona reacciona de forma diferente al abuso prolongado de MDMA. "Si has dañado tu sistema de serotonina —y el daño es importante y prolongado— será difícil poder compensarlo. No creo que [el ciclo del sueño] vuelva a la normalidad si los sistemas de serotonina se han visto afectados". Hanson destaca el hecho de que los consumidores de MDMA también recurren a fármacos para conseguir dormir.

Mientras escribía este artículo me puse en contacto con numerosas organizaciones —asociaciones benéficas, servicios sanitarios, institutos de políticas sobre drogas— para preguntarles qué consejo darían a los usuarios de MDMA preocupados por que la droga pudiera estar afectando a su sueño. Nadie fue capaz de ofrecerme recomendaciones prácticas sobre qué podría ayudarles.

*Los nombres han sido cambiados