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Identidad

Dos de cada tres mujeres jóvenes sufren acoso sexual en el trabajo

Un estudio realizado a 1.500 mujeres reveló que dos de cada tres mujeres de entre 18 y 24 años habían sufrido acoso sexual en el entorno laboral. Las autoras del informe explican las medidas que deben tomarse al respecto.
Photo by Aila Images via Stocksy

"Un caso que me parece muy destacable", explica la activista feminista Laura Bates, "es el de Sophie*, una chica de 19 años que acudió a la fiesta de Navidad que organizaba la empresa en la que trabajaba. La joven estaba en un corrillo con sus compañeros cuando, sin venir a cuento, uno de sus superiores le agarró los pechos. Todos los presentes se echaron a reír, como si aquel acto fuera un chiste gracioso".

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Bates, de 29 años, es la fundadora de Everyday Sexism Project, un sitio web en el que se recopilan casos de sexismo relatados desde el anonimato por las propias víctimas. Desde su creación, el sitio cuenta ya con el testimonio de decenas de miles de mujeres que relatan la situación que deben soportar a diario, desde la que acaba "temblando por el subidón de adrenalina" tras plantarle cara a un pervertido que la piropea en la estación de tren hasta la empleada de la limpieza de una obra que se ve obligada a esconderse en un armario trastero para huir del acoso de sus compañeros de trabajo.

Ahora, por primera vez, se ha puesto de manifiesto el grado de acoso y discriminación que sufren las mujeres en el Reino Unido gracias a un informe reciente elaborado por el Congreso Nacional de Sindicatos Comerciales (TUC, por su acrónimo inglés) en colaboración con Everyday Sexism Project, y que revela que el problema del acoso sexual en el entorno laboral es un mal endémico en todo el país.

El estudio se llevó a cabo con 1.500 participantes y en él se concluye que el 52 por ciento de las mujeres encuestadas había sufrido algún tipo de acoso sexual en el trabajo. Especialmente inquietante resulta el dato de que las mujeres jóvenes son las más vulnerables. Casi dos de cada tres encuestadas con edades entre 18 y 24 años aseguraron haber sufrido acoso sexual en el ámbito laboral.

"Estas jóvenes a menudo tienen contratos de "cero horas" o se acaban de incorporar a su puesto de trabajo y no se atreven a pedir ayuda", nos explica la portavoz de TUC Huma Munshi. "Las trabajadoras jóvenes están más expuestas al acoso sexual, por lo que las animamos a que se afilien a un sindicato que las represente y luche por ellas en ese aspecto".

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"El problema de las trabajadoras jóvenes", añade Bates, "muestra claramente el desequilibrio de poder que existe en estas situaciones, a menudo subestimadas por considerarse meras aventuras románticas o flirteos inocuos cuando no lo son en absoluto. Estamos hablando de mujeres vulnerables muchas recién incorporadas al mundo laboral que son víctimas de acoso por parte de hombres mucho mayores que ellas y en una posición de poder y control sobre su futuro laboral".

Asimismo, el informe insiste en que el acoso sexual no se limita únicamente a la palmada en las nalgas que le da el jefe a su secretaria en la sala de las fotocopias o a las miradas lascivas al pasar junto a la máquina de café. De hecho, es más probable que las trabajadoras jóvenes sufran acoso por parte de sus compañeros de trabajo a través del correo electrónico o por teléfono, en el trayecto desde o hacia casa.

Es más probable que las trabajadoras jóvenes sufran acoso de sus compañeros por internet. Foto por Lior + Lone vía Stocksy

"Con frecuencia oímos que fuera del entorno laboral, la gente se toma unas licencias totalmente injustificadas", explica Bates. "Que alguien te falte al respeto en una fiesta de empresa es tan inaceptable como que lo haga en horario de trabajo".

Si bien la legislación británica es bastante contundente respecto al acoso sexual, el encarecimiento de las tasas judiciales (presentar una demanda contra tus empleadores puede costarte más de 1.100 euros) ha cerrado la posibilidad de demandar a muchas personas.

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Por otro lado, los sindicatos están en horas bajas, con una tasa de afiliados inferior a la mitad de la que se registró en la década de 1980, lo que ha provocado que sean cada vez menos las mujeres que recurren a estas organizaciones para solicitar representación. "La gente debe saber que los sindicatos también ofrecen apoyo en estas situaciones", recalca Mushi. "La denuncia colectiva tiene mucha más fuerza".

Entonces, ¿cuál es la solución a este mal endémico? "Instamos a los empleadores a que revisen y mejoren sus procedimientos de formación y su política sobre el acoso en el ámbito laboral, de modo que las víctimas dispongan de amparo legal cuando no puedan denunciar su situación por ser el acosador su propio jefe", explica Bates.

"Queremos asegurarnos de que no haya consecuencias negativas si las mujeres denuncian, sobre todo si el acoso es por parte de sus clientes", añade. El informe también incide en que los grupos más vulnerables a las situaciones de acoso sexual son las minorías étnicas o raciales, pese a que las denuncias en estos casos sean igual a la media (52 por ciento).

Mientras los canales de denuncia sigan sin centrarse en las víctimas de acoso sexual, seguirá habiendo mujeres que tengan que pasar por la misma humillación que Sophie. "Lo que más le dolió no fue tanto el tocamiento en sí como la reacción de los demás", señala Bates, "porque provocó en ella un sentimiento de resignación, le hizo pensar que era inútil denunciar porque nadie la tomaría en serio".

* Los nombres han sido cambiados.