Cómo tu infernal regla puede convertirse en una poderosa fuerza creativa
Illustration by Aparna Sarkar

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Cómo tu infernal regla puede convertirse en una poderosa fuerza creativa

Preguntamos a una artista, una ginecóloga y una neuróloga si nuestra creatividad aumenta cuando sangramos.

Mientras asistía al Programa de estudios de verano de la Universidad de la Commonwealth de Virginia este año, la artista Lara Mossler decidió crear una escultura cada día. Ese programa de 28 días de duración casualmente se correspondía perfectamente con la duración de un ciclo menstrual, de modo que cada escultura que creó reflejaba sus niveles hormonales los días en que las hizo.

Para cada pieza, empezaba con una meditación: se sentaba relajada, respirando rítmicamente. Cerraba los ojos e imaginaba que desplazaba las hormonas por todo su cuerpo, llevándolas hasta su pecho, su espalda y sus hombros. Tomaba nota mental de cada emoción o sensación: calambres, ternura, dolores, hinchazón o fatiga. Cuando abría los ojos, estaba preparada para guiar su práctica creativa de acuerdo con sus hormonas.

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"Durante la fase lútea, que es la fase que se produce justo antes de la menstruación, creaba muchas tiendas de campaña por algún motivo", me explicó Mossler por teléfono. "Supongo que el pensamiento subyacente es que me sentía muy vulnerable en esa fase".

Hacia el final de la residencia, su método poco ortodoxo empezaba a captar cierta atención. "Fue un proceso muy personal, pero la respuesta fue interesante", me dijo. "Lo que más interesaba a la gente era cómo llegaba yo a crear esas esculturas. Había diseñado esa meditación, pero en realidad todo estaba en mi cabeza. Otros artistas empezaron a preguntarme si podían utilizar mi proceso de meditación para sus propias prácticas creativas".

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Desde entonces, Mossler ha creado un diario, que ella denomina The 28 Days Journal: A New Hormonal Calendar (Diario de 28 días: un nuevo calendario hormonal), y también ha transcrito su proceso de meditación —analizado por los monjes y el director de Global Spiritual Life en la Universidad de Nueva York— para que cualquiera pueda llevar un registro de cómo se siente cada uno de los días de su menstruación. Afirma que emplear métodos para conocer la fertilidad puede reforzar el poder creativo de la regla.

Recientemente hizo un llamamiento público para que las mujeres artistas que lo deseen utilicen el diario de modo que puedan reflejar su ciclo menstrual y planea exponer en septiembre las obras que le envíen. A fin de conseguir un rango amplio de edades de las mujeres que entren en contacto con sus propios ciclos, Mossler envió un diario a la fotógrafa de 19 años Lula Hyers, y Hyers y sus amigas están creando vídeos que representan sus fluctuaciones diarias. También está trabajando con una cineasta argentina, Leticia Bernaus, ya que tanto el ciclo menstrual de Bernaus como el de Mossler comienzan con la luna llena. Mantienen sesiones de meditación por Skype y, para su diario, Bernaus interpreta su estado hormonal tomando una fotografía cada día.

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"Estamos perfectamente sincronizadas y pensamos que estaría bien ver si obteníamos las mismas respuestas visuales o si nuestra creatividad aumentaba al mismo tiempo. Ese tipo de cosas", afirmó Mossler.

Mossler me explicó que su proyecto inicial estaba parcialmente inspirado en su investigación de las sociedades en las que las mujeres utilizan su menstruación como un período en el que separarse de los hombres y dar rienda suelta a su creatividad, así como en el libro Woman:An Intimate Geography (Mujer: geografía íntima). "La autora del libro afirma de los niveles altos de estrógeno que son tan potentes como llevar puestas unas gafas de color de rosa", explicó.

Según mi experiencia, la regla es una mierda. Mi regla, en especial, es muy dolorosa. Hay un momento cada mes en que puedo anticiparla: me siento fatigada y me duele la cabeza, me pongo triste o irritable. Deseo comerme todo lo que esté al alcance de mi mano. Cuando empiezo a menstruar, mis calambres son tan horribles que se salen del gráfico y no quiero comer nada. Pero Mossler insiste en que la forma de cambiar nuestros períodos para que dejen de ser una prueba de resistencia y se conviertan en algo positivo es, sencillamente, rendirnos a ellos.

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Quizá sí que haya algo de verdad en todo esto. Muchas mujeres están abandonando sus píldoras anticonceptivas e intercambiándolas por aplicaciones para el móvil que llevan un seguimiento de sus ciclos menstruales como método alternativo a la prevención del embarazo (aunque las investigaciones afirman que muy pocas de estas apps son realmente precisas). Pero esos datos también pueden decirte algo más. Las distintas fases de nuestros ciclos conllevan cambios hormonales correspondientes que pueden regularlo todo, desde nuestro estado de ánimo hasta nuestras respuestas físicas.

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Aplicación para conocer la fertilidad, Natural Cycles. Foto vía Natural Cycles

"Para algunas mujeres las hormonas, a determinado nivel, afectan a su cerebro, a sus emociones y al modo en que perciben las cosas. Y cambian totalmente a lo largo de los distintos puntos del ciclo", me dijo la Dra. Candace Howe, obstetra y ginecóloga en práctica. "Nuestro ciclo comienza el primer día de nuestro período. Después, normalmente 14 días más tarde, la mayoría de mujeres ovulan y el óvulo libera progesterona. Si no estás embarazada, el óvulo muere y la progesterona se reduce. Esa es la fase lútea, que también conlleva un descenso de estrógeno. A continuación el ciclo vuelve a empezar y el estrógeno empieza a aumentar de nuevo".

Llevando un seguimiento a lo largo del tiempo, Mossler aprendió mucho sobre su cuerpo y sobre cómo utilizar los síntomas normalmente negativos asociados al SPM (ella prefiere llamarlos sensaciones para despojarlos de toda connotación negativa). Si las emociones sirven de alimento para el arte, entonces nuestras menstruaciones podrían proporcionar un montón de materia prima. En su Nuevo calendario hormonal hay un lugar para que escribas lo que sientes, tanto física como mentalmente, y a continuación explayarte explicando cuáles crees que son tus niveles hormonales, lo cual por lo visto es una habilidad que puedes aprender. El aspecto nada tecnológico del diario también es un plus según Mossler, porque si no deseas escribir cómo te sientes puedes simplemente dibujarlo.

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"Todo gira en torno al sentimiento", me explicó cuando le pregunté cómo puede exactamente una mujer empezar a medir sus hormonas. "Probablemente hasta ahora he tenido unas 200 menstruaciones —y probablemente tendré 600 más—, de modo que tengo una idea bastante precisa de cómo me hacen sentir. Diseñé una meditación específica que me permitiera tomarme el tiempo necesario para ser consciente de mis hormonas. No estoy diciendo que de repente soy capaz de leer mis hormonas como por arte de magia, pero intento ser realmente consciente de mis emociones subyacentes. Quizá me siento nostálgica, o triste, o ansiosa… y desde mi punto de vista mis hormonas sin duda contribuyen a ello".

Imagen cortesía de Lara Mossler

Es difícil encontrar alguna prueba de cómo nuestras hormonas están vinculadas a nuestra capacidad creativa aparte de libros y blogs de tipo New Age; este concepto encajaría perfectamente en una reunión de Spirit Weavers. Durante el proyecto de Mossler de 28 días de duración, ella afirma que encontró que había fases en su ciclo en las que se sentía más creativa que otras… Más o menos. Experimentó períodos en su ciclo en los que estaba más centrada hacia su interior que en otros y era capaz de llevar a cabo más trabajo. Cuando estaba en el punto álgido de la ovulación, se dio cuenta de que le resultaba difícil concentrarse. "Me notaba sexualmente excitada y muy poderosa", me explicó entre risas. "Me resultaba muy difícil querer ir al estudio a meditar y a crear una escultura. Y, por supuesto, la menstruación fue una fase muy difícil para crear, porque mis hormonas estaban bajo mínimos y tenía mucho dolor. Solo quería enroscarme, hidratarme y taparme con una mantita, pero me di cuenta de que, desde el punto de vista creativo, tenía muchas más ideas".

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Aunque muchas mujeres artistas han recurrido a su menstruación en busca de inspiración, no existen investigaciones en torno a cómo influye específicamente la menstruación en la creatividad. La Dra. Reagan Wetherill y la Dra. Teresa Franklin llevan tiempo examinando si nuestro cerebro responde en realidad de forma diferente cuando tenemos el período. Estas investigadoras han estado trabajando en una serie de estudios que exploran si existen momentos óptimos en el ciclo menstrual de las mujeres para dejar de fumar. Durante nuestra conversación hicieron hincapié en que cada persona reacciona a las hormonas de un modo diferente, pero existen algunas generalizaciones.

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Una de ellas —el resultado de su investigación, que en parte trazó el mapa de la conectividad funcional con los centros guiados por la recompensa de nuestro cerebro durante las distintas fases del ciclo menstrual— confirmó un antiguo estereotipo: que las mujeres con la menstruación son más impulsivas.

Su investigación también demostró que, al inicio de la fase lútea (antes de la menstruación), tendemos a concentrarnos más y a ser más disciplinadas. Por desgracia, eso no dura mucho. "Cuando una mujer empieza a menstruar y su estrógeno empieza a aumentar durante su fase folicular, puede volverse un poco loca", afirmó la Dra. Franklin. "Nuestra hipótesis es que las mujeres obtienen muchas recompensas en esa fase. Descubrimos que en esta región —que se denomina corteza cingulada anterior y que normalmente posee control cognitivo sobre las estructuras guiadas por la recompensa— las mujeres foliculares tenían una conectividad funcional inferior".

Pero esto no tiene por qué ser necesariamente malo (a menos que estés tratando de abandonar los cigarrillos). La Dra. Franklin afirmó que esa menor conectividad funcional durante la ovulación "podría desembocar en una creatividad mayor o en un incremento de la asunción de riesgos de forma positiva".

"Tendemos a considerar estas cosas como problemas", añadió, refiriéndose a las fluctuaciones emocionales y físicas de la menstruación, "pero también es lo que nos hace ser quienes somos".